jueves, 11 de octubre de 2012

A veces



            Después de tres barriles y medio de cerveza, siete botellas de crema de orujo, dos paquetes de palillos y cuatro groserías a la camarera, Ka decidió beber un vodka con naranja.
- Que asco de mundo –le dijo a la camarera sorda.
      Y esta vez, esta sola vez, la camarera se acercó a Ka, apoyó los brazos en la barra y le miró fijamente, como si fuera a escucharle.
- ¿Tu amigo se ha perdido?
- Se pierde dinero jugando al poker, un botón de una camisa vieja, la vergüenza, el tiempo… pero Krit no se pierde. Como mucho se ausenta a veces.
- Ya, pero hace mucho que no te veo hablar con él.
- Creéme guapa, volverá –Ka metió el dedo en el vaso para darle vueltas al cubito de hielo-. Me necesita para no volverse loco.
      Ka se llenó del aire sin humo del bar, y lo soltó poco a poco. Sintió un ligero mareo, y cuando logró aposentar la cabeza y se dio cuenta de que no era el suelo el que escoraba, vio a Krit entrar por la puerta.

1 comentario:

  1. Me alegra saber que Krit sólo se había ausentado...
    creo que a veces son buenas las ausencias, por supuesto, siempre mucho mejor que las pérdidas....

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